Santiago, 30 de octubre, 2018
El Presidente de la República, Sebastián Piñera, anunció esta semana la esperada modificación al actual sistema de pensiones, que busca mejorar la débil pensión que con el actual sistema está recibiendo o recibirán la gran mayoría de los jubilados.
Muchas ideas surgieron en este proceso, pero finalmente la propuesta anunciada señala que se incrementará en un 4% la cotización mensual, que será de cargo del empleador y además se asignará un 0,2% adicional a un fondo común de pensiones.
Esto significa que un 10% del monto de las cotizaciones previsionales y futuras pensiones de cada trabajador seguirá siendo pagada por los trabajadores y ahora este nuevo 4% será pagado por la empresa, pero esto ¿es realmente así? ¿lo pagarán las empresas?
Si observamos desde una perspectiva macroeconómica, sin entrar en detalles técnicos, sino que como una opinión simple, podemos ver que el dinero es siempre el mismo y siempre finalmente quien paga son las personas, ya que finalmente cualquier impuesto o cualquier recargo (en este caso 4% de previsión), en el mediano o largo plazo las empresas lo traspasan al precio de venta de sus productos o servicios, siendo en definitiva pagado por el consumidor final, es decir, todos los chilenos.
Este traspaso de costo resulta más fácil de visualizar en el IVA, ya que este es un impuesto que está claramente agregado al precio de venta de prácticamente todos los productos o servicios que compramos (19% de impuesto que se agrega al precio del pan, arroz, muebles, computadores, casas, frutas, libros, etc).
Sin embargo, en sus estudios de presupuesto y proyección de resultados, las empresas consideran cualquier otro costo o gasto al momento de fijar precios de venta o restringir gastos, especialmente en mano de obra. Es cierto que los precios de venta también se ven influenciados por las leyes de la oferta y la demanda, pero en el mediano y largo plazo los costos se terminan ajustando a estos precios de venta finales o viceversa.
Cuando a futuro una persona observe que la leche por ejemplo, subió de $800 a $832, no dejará de comprar leche, total subió solo 32 pesos!, pero ese aumento será justamente el 4% de cotización previsional que ahora es de cargo del empleador y lo pagará la señora que compró la leche, multiplicado por todas las compras que realizan todos los chilenos. El traspaso de precios normalmente parte con las grandes compañías, que distribuyen nuevos precios a las medianas y pequeñas empresas, que se ven obligadas a subir también sus precios para compensar estas nuevas alzas en sus costos.
Dentro de este ejercicio sobre quién paga, existe un factor muy importante conocido en macreoconomía como la elasticidad de precio y la elasticidad de demanda. No entraremos en temas complejos, pero debido a estas elasticidades y otros factores económicos, el traspaso al consumidor final no será exacto, las grandes empresas en el mediano y largo plazo tal vez nos traspasen menos del 4% o tal vez más.
Otro factor que influye en cuánto se traspasará a precio es nuestra apertura económica a los mercados internacionales a través de las importaciones y las exportaciones, ya que estas últimas permiten traer divisas frescas desde el exterior que ayudan a palear la necesidad de subir precios a los chilenos y las importaciones traen productos con precios definidos en el exterior, sin ninguna influencia de costos chilenos.
En definitiva, en el mediano y largo plazo cualquier beneficio que reciban las personas con cargo a las empresas, en realidad lo pagarán las personas, un poco más o un poco menos dependiendo de las jugadas macreoconómicas que espero hayan analizado los expertos de gobiernos que crean y aprueban estas modificaciones legales, en todo caso, un aumento en las pensiones siempre será beneficioso para todos, en especial si existe un fondo común adicional que ayude a distribuir de mejor forma el bolsón de dinero que muchas veces deja más fortalecidos a algunos y muy mal a otros que por distintas razones no han logrado generar un fondo suficiente para sus jubilaciones.
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